Las razones son diversas. Tan diversas como gente que estudia.
La razón principal puede ser por el futuro, por tener un trabajo, un salario, un estatus social, etc.
esto es comprensible en una sociedad que progresa cada día a una velocidad vertiginosa. Cada vez se descubren más cosas y, como consecuencia, cada vez se requieren más conocimientos.
Nuestros inicios evolutivos nos ha hecho seres sociales donde, hace cientos de miles de años, para ser el “jefe” se necesita carisma, fuerza y la abundancia de caza o recolecta. Por supuesto estar dotados para esto se necesitaba saber donde iba cada animal y que producía cada planta. Es aquíonde el conocimiento tiene el papel protagonista. Y el primer jefazo de la humanidad lo sabía bien. Las ganas de aprender de otros, estudiar el medio, los comportamientos de otros... todo eso le hacía contar con una enorme ventaja, frente a los oponentes. El conocía más cosas, tenía mas probabilidades de no solo de sobrevivir, también de vivir bien y pasar sus genes a la siguiente generación.
¿Para que estudiamos?
Ya no corremos riesgo de muerte a causa de competidores o tribus enemigas (la mayoría de nosotros). Pero existe un riesgo casi igual: La exclusión social. Bajar en la pirámide de poderes o simplemente no subir representa una gran derrota, puesto que será más difícil que nuestros genes pasen a la siguiente generación. La fuerza no influye demasiado en el ascenso, sólo queda el poder económico, y para ello los estudios y el conocimiento son casi la única vía de ascenso.
Entonces estudiamos no solo por conocer lo que nos rodea (pensamiento especulativo) si no que hacemos uso de él para asegurarnos de que algún día cercano podamos estar en lo alto de la pirámide de poderes y todos los privilegios que esto conlleva.
Por supuesto esta no es la única vía de ascenso, pero es la que ha triunfado en nuestra sociedad.